Los papeles se amontonan en la mesa y sin embargo, a pesar de su invasión carecen
de todo orden; procuro mirar de soslayo porque de otra manera ya no puedo e
intento aderezarlos con el propósito de
que germine alguna remota idea, alguna palabra o una emoción fructífera que rompa la muralla. De cualquier modo
llegará pronto la noche, y es probable que se muestre bondadosa, y quizás, conceda la quietud
que tanto necesito.
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