30 agosto 2014

EN LA PIEL DE OTROS...

 – A mi los catalanes me caen mal.
Nuestras miradas se cruzaron al mismo tiempo,  no entendíamos que aquel camarero considerara como gracia semejante comentario, instintivamente miramos a nuestro amigo catalán, sin embargo, él se mostró indiferente ante aquel desafortunado comentario que al parecer surgió para hacernos reír, y consiguió todo lo contrario: las ganas de no seguir allí. Después de un instante de incomodidad, el camarero poco profesional intentó arreglarlo, alegó que se trataba del proceder de Pujol.
  Hombre por dios, no me toque los kinder. – pensé  –.
Más tarde, y en otro ambiente mi buen amigo me confiesa que ese tipo de comentarios y otros tantos semejantes  son parte de su vida y que ya no le da importancia alguna.
Qué voy a conseguir ¿enfadarme?
Y hoy, recordando ese episodio, es cuando tomo conciencia de cómo pueden sentirse todas esas personas señaladas con el dedo; por su color de piel; su nacionalidad; su religión…

No hay comentarios: